martes, 24 de marzo de 2009

Carta a Julieta

No sabes lo feliz me has hecho…especialmente el día en que te vi por primera vez.

Al principio, saber que llegarías a mi vida me dio mucho miedo… entré en pánico. Busqué alguna forma de “evitar el cacho”… A los pocos días me di cuenta de que tenerte sería lo mejor que me podría pasar, e incluso me odié a mi misma por no quererte desde un comienzo.

Cuando llegaste, mi cuerpo tembló de la pura alegría, de saber que eras parte de mí… y te veías tan tan hermosa!!! Amé esos años de tu infancia cuando yo era todo para ti… Me encantaba cuidarte, hacerte reír, jugar, ser tu ‘ídola’. Me mataba de la risa al ver como te probabas mi ropa cuando yo “no estaba mirando”, te ponías mi brillo labial y me imitabas al caminar…¡¡¡Cómo te he amado!!!

El día que te fuiste… cómo cambiaron las cosas ese día… de sólo pensarlo tiemblo… te fuiste sin previo aviso. Nadie me preparó para aquello, nadie esperaba aquello. Fue como una mano negra del destino que te arrancó de mi regazo sólo por el capricho de alejarte de mí.


Ese día, cariño, mi mundo cambió…

Sin embargo… a pesar del dolor desgarrador… del tremendo vacío de mi alma, no guardo rencores hacia quien fuera el responsable de tu ida… después de mucho llorar tu partida, he aprendido que eres más grande que esta vida, que este mundo…

Siempre serás mi niñita, siempre serás la gran amiga de tus amigas, la más linda polola de tus pololos… siempre serás la princesita sonriente que fuiste.


En memoria de Cami, querida amiga, hija, nieta, sobrina, polola, compañera, prima… sobre todo, gran persona; y de Benji, un pequeño angelito que nos cuida desde su propia estrellita.